jueves, 7 de abril de 2011

Filosofía como mito y ciencia

Platón, el filósofo más grande de todos los tiempos; al considerar  los mitos, debemos olvidar la idea que comúnmente se tiene, de que los mitos son falsedades caprichosas o conocimientos oscuros susceptibles de ser reemplazados por el conocimiento racional y científico.
Los mitos platónicos, son por lo general creados por ese filósofo, que también era poeta, no recogidos de la tradición popular. Los poetas pueden inventar narraciones llenas de sentido, de validez universal.
Sócrates dice que pregunto entonces Diotima quiénes son los que filosofan, si no son los sabios ni los ignorantes, a lo que respondió: “Claro es ya incluso para un niño que son los intermedios entre los unos y los otros, entre los cuales estará también el amor. Pues es la sabiduría una de las cosas más bellas y el amor es amor respecto de lo bello, de suerte que es necesario que el amor sea filósofo y por ser filósofo, algo intermedio entre el sabio y el ignorante.”
De cómo Siddharta encontró el camino: en una salida de la casa, el cochero explica que el hombre que iba al frente es un anciano y que todos los hombres de la Tierra serán como él. En otra salida ve a un hombre que devora la fiebre, lleno de lepra y de úlceras; el cochero explica que está enfermo y que nadie está exento de ese peligro. Luego ve a un hombre que llevan en un féretro, ese hombre inmóvil es un muerto, le explican, y morir es la ley de todo el que nace. En la última salida, ve a un monje de las órdenes mendicantes que no desea ni morir  ni vivir. La paz está en su cara; Siddharta ha encontrado el camino.
El conocimiento humano no empieza por el filosofar. Antes de hacer preguntas filosóficas, antes de interrogar qué es el mundo, qué el hombre, cómo es posible el conocimiento, si existe Dios o no existe, cuál debe ser la norma de nuestra acción, el hombre sabía utilizar instrumentos y creía en los mitos.
Mito, no es un cuento falso, sino una narración mediante la que un pueblo se explica a sí mismo las cuestiones más generales que la vida plantea. La ciencia y el mito se originan del asombro.
Heráclito, el pensador del fluir permanente de las cosas y la relación entre los opuestos, expresa: “El Señor, cuyo oráculo está en Delfos, ni dice ni oculta, sino que indica.”
“La vocación filosófica se enciende frente a lo que se muestra, ciertamente, pero es tanto desconocido.” Platón
“Todo hombre, por naturaleza, apetece saber.” Aristóteles
Hegel escribe: “Colaborar en que la filosofía se aproxime a la forma de la ciencia, alcanzado lo cual puede dejar su nombre de amor al saber para ser un real saber, es lo que me propongo”
Como decía el poeta Antonio Machado. Vimos que el padre del príncipe Siddharta logró ocultar a su hijo, durante 29 años, la enfermedad, la vejez y la muerte, es decir, los límites de la vida, la vida en tanto que es finita, la vida humana. Así, vivió Siddharta una existencia no propia, expropiada, inauténtica, hasta el momento que halló su vocación. “Ni vivir ni morir.”
El hombre siente curiosidad por las cosas, el origen del filosofar es la admiración. ¿Para qué sirve la filosofía? La respuesta tiene sin embargo una razón: la filosofía o mejor aun el filosofar no sirve para nada determinado. Dice  un poeta:
Bueno es saber que los vasos nos sirven para beber; lo malo es que no sabemos para qué sirve la sed.
Los pensadores que están convencidos de que el alma sobrevive a la muerte del cuerpo, más aún, de que el alma solo vive en el pleno sentido de la palabra cuando se libra de la cárcel corporal, hacen de la vida meditación preparadora de ese estado perfecto.
La filosofía tiene el fin de prepararnos para la muerte: no para la vida eterna, no contra la finitud de la existencia en el tiempo, sino en orden a una denotada aceptación libre de muerte, tanto esta es una eminencia que nos acompaña desde el instante de nuestro nacimiento que ciertamente yo no voy a vivir, no voy a poder experimenta, pues nadie sobrevive a su propia muerte.
Frente a la idea de que el fin de filosofar es prepararse para la muerte, se yerguen algunos pensadores para afirmar que la filosofía es preparación para la vida. El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y la sabiduría es una meditación no de la muerte, sino de la vida.
La filosofía no es nunca un saber concluido ni una definitiva ganancia, sino una actividad autónoma de la persona frente a la realidad en su conjunto y frente a las opiniones de otros.

jueves, 3 de marzo de 2011

Filosofía ¿Para qué?

Kant decía: “no se puede enseñar filosofía, lo único que se puede enseñar es a filosofar.” El autor dice que como personas nos debemos preguntar el porqué y el para qué de las cosas y que no solo los sabios pueden ser filósofos, sino que todos estamos en la obligación de filosofar.
Sócrates dice que el problema de la filosofía está en el hombre mismo, en el conocimiento que el hombre debe tener de sí mismo. (“conócete a ti mismo”) El saber de Sócrates es un saber crítico por su insatisfacción con lo que ya sabía. La libertad de pensamiento que para Sócrates no era libre, sino que ponía la justicia por encima de toda otra consideración, verdad, bondad y belleza  eran para él indisolubles. La falta de crítica sobre sus planeamientos, sobre lo que es el saber, fue lo que hizo  fallar a sus oponentes.
¿Qué es el conocimiento y que es la realidad, conoces la realidad o la realidad del conocimiento? Son dos factores que se miran el uno al otro, de modo que no se puede decir lo que es realidad sin hacer referencia a lo que es el conocer y viceversa. El sentido de las cosas es siempre una referencia de la realidad de las cosas a la vida humana.
El saber filosófico es así un esfuerzo de la humanidad por aclararse a sí misma qué es saber, qué es realidad y cuál es el sentido de la vida humana. Maquiavelo, tras su intento de representar lo que es la realidad, lo que podría estar haciendo es encubrirla en beneficio de determinados intereses personales o sociales.
El que todo pensamiento este situado y condicionado no significa necesariamente que este predeterminado, más aún, no hay forma más radical y posibilitante de liberarse de condicionamientos en el propio pensamiento.
La duda y la negación son dos procesos de independencia y su propósito de desideologización, estas dos muestran la autonomía del pensamiento, su capacidad para convertir la determinación en indeterminación, la necesidad de libertad.
¿Para qué sirve la Filosofía? Para saber y para desideologizar.
Tenemos que convencernos de que no sabemos y de que la gente no sabe, ni siquiera sabemos lo que tenemos que saber, o como lo tenemos que saber.
La filosofía como búsqueda de la plenitud de la verdad, no a la manera de ausencia de error, sino de la presencia plena de la realidad, es así un elemento indispensable en la liberación integral de nuestros  pueblos.
El filosofar no es la transmisión y el aprendizaje de una serie de contenidos más o menos entendidos, sino la puesta en marcha de la propia capacidad de pensamiento filosófico.